jueves, 14 de junio de 2007

Entonces juré
que nunca más
escribiría de ti
y como ves
ya lo estoy incumpliendo

domingo, 3 de junio de 2007

Todo debió comenzar

justamente en el sitio

donde un conquistador homicida

puso la primera piedra

del lugar que sostendría

a siete millones de personas.


Pero ese día, con atardecer fijado

poco a poco el frío se apoderó

en una hora de la piel

los huesos y el centro

ese que raras veces duele tanto.


La calle fue cómplice

de la caída de cada una de las partes

de esa sombra pálida

esquina por esquina.


Todo terminó

el preludio de trapo

letras y servilletas

fue lo más sincero

de una historia que nunca lo fue.


Al final de la noche

una taza de brandy y café

ayudó a juntar los retazos

que en medio del bolsillo

llegaron a casa.


Ahora me confunde

el no entender, no saber

porque no encuentro

una mejor razón

que aquella doncella

para caminar.